Tienen sensores especiales, de forma tal que no hay necesidad de hacer aperturas para acceder a las cañerías subterráneas y así localizar el punto donde se sitúa la falla. La empresa especificó que se trata de aparatos de localización de anomalías por métodos indirectos, de forma electromagnética o por electroacústica (golpes de sonido), que establecen el punto de la red donde existe una pérdida.
Asimismo, aseguró que los equipos tienen más sensibilidad que otros de los que ya se disponía, lo que aumenta la precisión de la detección. Se aplican en cañerías y accesorios de cualquier material, por lo cual, son muy versátiles para intervenir en materiales de hierro, plástico y cementicios.