Desde que resultó positivo de coronavirus, Bolsonaro continuó trabajando mediante videoconferencias desde su residencial oficial en Brasilia, en la que aseguró que se mantuvo aislado y sin tener contacto con sus familiares.
Desde hace una semana, y pese a haber dado positivo en tres exámenes realizados en un lapso de quince días, el líder de la ultraderecha salió a los jardines de su residencia oficial para conversar con algunos de sus partidarios, aunque separado por un pequeño canal de agua de unos tres metros de ancho.