"A medida que avanzamos en el esclarecimiento de los crímenes, vamos descubriendo el nexo inevitable con órdenes emanadas desde adentro de las cárceles, desde donde se sigue manejando todo tipo de acción delictual y se ordena a quien asesinar".
"Es u problema muy complejo, sé que se producen allanamientos, que se les quitan los téléfonos, para impedirles comunicarse con sus lacayos, y así ordenar crímenes y atracos, pero de alguna forma u otra siempre terminan consiguiendo poder impartir directivas sobre delitos a perpetrar".
Los que pensaron que encarcelando a los líderes se terminaba el delito se equivocaron, ellos mantienen intacto su poder de fuego, manejan el delito, tienen poder económico producto de la venta de estupefacientes, mantienen el negocio intacto, y lo cuidan asesinando a quien se interpone en su camino".