Salvo cuando se discutió uno de sus artículos más polémicos: aquel que propone que los tenedores de títulos en pesos puedan dolarizar sus tenencias por un monto de US$1500 millones.
El oficialismo se impuso por muy escaso margen: 129 votos positivos frente a 125 negativos de la oposición.
En líneas generales, el proyecto de ampliación presupuestaria prevé un incremento de $1,86 billones en los gastos totales, especialmente en los corrientes.
Esto implica un alza del 33% con respecto a lo estimado a comienzos del año, para llegar a un total de $7,4 billones.
Semejante suba del gasto tendrá un fuerte impacto en el resultado fiscal: según las proyecciones contenidas en el proyecto, el déficit primario ascenderá a $2,21 billones, monto que supera el 8% del PBI.
Si se considera, además, el pago de intereses de deuda, el resultado financiero arroja un saldo negativo de $3 billones.
Si bien Juntos por el Cambio anticipó su apoyo al proyecto, el diputado Luciano Laspina advirtió que un programa de gastos no es un plan económico.
«Llama la atención que en este proyecto el Gobierno no introdujo ninguna medida de austeridad fiscal. Es una deuda pendiente», enfatizó.
De todas maneras, Laspina exaltó que el Gobierno haya decidido ampliar el gasto por medio de un proyecto de ley y no por decreto.
