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La “derriba mitos”

Sin fútbol argentino, y con poco a nivel sudamericano, la Champions League es la vedette elegida por los argentinos, que permite pasar tardes con un nivel de fútbol excelso. Sin embargo, la emoción, los goles, las sorpresas, goleadas, jugadas de una categoría que parece lejana para una Superliga (ahora Liga Profesional), tapan una realidad que hace tiempo no se veía. Análisis de Facundo Alvarado para RosariNoticias.

Referirse a la UEFA Champions League en términos de fútbol, es indudable que nos lleva a la cúspide del buen juego. Por valor de los planteles que la componen, calidad de futbolistas de la talla de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, o Kevin De Bruyne, es el torneo que siempre llamó la atención, y que hoy con un formato diferente al habitual por definirse en una sede específica (Portugal) y a partido único, genera una emoción que traspasa la barrera de la TV.

Pero todos estos detalles como las sorpresas brindadas tras las eliminaciones de Real Madrd o Juventus, las apariciones de elencos como Lyon o Red Bull Leipzig, la goleada apabullante del Bayern Munich al Barcelona por 8 a 2, son componentes de una barrera que impiden ver que este campeonato, sirve para dar por tierra mitos que se fueron construyendo durante estos últimos años.

MITO 1: LIGAS DE ELITE. 

Dentro de este punto, son cinco las competencias que integran este selecto grupo, como lo son las de España, Italia, Inglaterra, Alemania y Francia. De ellas, claramente para la gran mayoría del público argentino, la inglesa, española o italiana son las preferidas, ganándole por varios escalones a las otras dos. 

Sin embargo, con las semifinales establecidas entre PSG y Red Bull Leipzig por un lado, y Lyon – Bayern Munich por el otro, muestran que pese a los millones invertidos por otros, o lo atractivo que resulte el fútbol en los otros países, hoy son Francia y Alemania quienes dominan, y no es casualidad. 

Alemania es siempre una potencia que anima frecuentemente los mundiales. La performance pobre mostrada en 2018, obligó a la federación de aquel país a replantearse la formación de jóvenes talentos, que fueron creciendo y apareciendo progresivamente para hoy tener sus lugares en equipos protagonistas. 

Kimmich, Goretzka, Sule o Gnabry son parte de esta nueva camada del Bayern, que llega para mostrarle a los Boateng, Müller y compañía, que hay material. Y sí, lo metódico y estructurado de la liga bávara los transforma en un hueso duro de roer para cualquiera. 

Francia viene de ser campeona del mundo, y da a conocer nuevos talentos desparramados por otras ligas. Si bien el PSG no es ejemplo de divisiones inferiores ya que está basado su presente en contratos millonarios y en un magnate que compra a gusto y placer, tal vez posee a la mayor promesa del fútbol galo: Kylian Mbappé. 

En tanto, Lyon con profesionales como Aouar o Dembelé, mete mano a la formación de jugadores, y se pone a la par de un poderoso como su coterráneo. 

MITO 2: EL TIEMPO DE ENTRENAMIENTO O COMPETENCIA. 

Cuando volvía el fútbol en Europa, muchos concluían que al momento de retornar la Champions, era Alemania quien iba a sacar ventaja, producto de ser el primero en volver a las prácticas, y a competir en su liga profesional. 

Si bien Alemania hoy puso a dos equipos en semifinales, está a las claras que del otro lado, tiene al ejemplo opuesto. Francia fue la única de las 5 ligas que se dio por terminada, no retornando a la competencia, y concluido su desarrollo, parecía que sus elencos aún en Champions, corrían con mucha desventaja. No competir parecía que pasaría factura en esos planteles, pero esta Champions mostró que eso no fue esencial a la hora de definir una llave. 

MITO 3: ESQUEMAS Y ESTILOS. 

El fútbol es dinámica de lo impensado, una frase que describe que cualquier cosa puede pasar cuando rueda la pelota. Esta edición de la Orejona, demostró que contar con jugadores de la talla de Messi, Cristiano o De Bruyne, no asegura un pasaje de ronda, y que hoy la construcción de esquemas colectivos, superan sin dudas a planteos que focalizan su juego en individualidades. 

Pero no conforme con eso, estilos defensivos como el del Atlético Madrid de Simeone, o hiper ofensivo como el City de Guardiola, sucumbieron ante planteos adaptables, moldeables a las circunstancias, que prefieren examinar al rival y no ser rígidos a una ideología o un modo de enfrentar un compromiso. 

MITO 4: GANAN SIEMPRE LOS MISMOS. 

De los 8 equipos que llegaron a cuartos de final, sólo 2 consiguieron alguna vez dar la vuelta olímpica. Bayern Munich y Barcelona, justo aquellos que se vieron las caras hace días, son los únicos de los 8 que alguna vez levantaron la Orejona, ambos en 5 ocasiones. De los que aún están en competencia, los otros 3 irán por su primera vez, aunque claramente el favorito será quien ya conoce lo que es subirse al podio. 

MITO 5: EL FORMATO. 

La definición de un torneo como la Champions, excede formatos o reglamentos, al punto tal de que el famoso ida y vuelta que siempre generó un atractivo particular que lo diferencia por ejemplo de un Mundial, hoy quedó en un segundo plano. 

El partido único que propone este formato de emergencia producto de la pandemia que sacude al mundo, fue criticado en un principio, sosteniendo que perdía emotividad, que haría que los equipos sean menos lanzados, busquen mucho menos por miedo al fallo y a perder una llave, pero 20 goles en 4 partidos, un promedio de 5 por compromiso, muestra que cuando se quiere jugar, no hay barrera reglamentaria o de formato que lo impida. 

MITO 6: VOLVER A JUGAR A NIVEL INTERNACIONAL ES PELIGROSO. 

Si bien, hay posibilidades de contagio, y nadie hoy por hoy está exento, cuando las decisiones son acertadas, y las precauciones se extreman para proteger a los protagonistas, el deporte funciona. 

A diferencia de CONMEBOL, que propone casi de manera irresponsable que los equipos viajen, se trasladen a países en situación catastrófica producto del Covid (como Brasil, Perú o Ecuador), en la Champions se propuso una sede única: Portugal. 

En suelo Luso, la curva de contagios ha bajado notoriamente, por lo que su elección como sede “burbuja” no es azarosa. Apenas son detalles, y el tiempo modifica todo, pero estos componentes condimentan una Champions que le brinda adrenalina, y que capta la atención de los argentinos, que por cuestiones lógicas, carecen de su propia competencia.

Por Facundo Alvarado

(Especial para RosariNoticias)


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