El intendente municipal, Pablo Javkin enfrentará esta semana una de las más complejas desde su gestión al frente del Palacio de los Leones. Mañana tendrá un desafío importante, el de controlar los festejos por la llegada de la Primavera y el Día del Estudiante en plena pandemia. "Apelo al corazón de los jóvenes", dijo ayer. Además esta semana será clave en la resolución del conflicto con los trabajadores municipales, que ya anunciaron otro paro por 72 horas por reclamo salarial.
A pesar del denodado esfuerzo de los organismos de control en la primera etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio para hacer cumplir lo dispuesto por las autoridades, en el último tiempo se le sumó la rebelión de parte de la gente, que hace caso omiso a guardarse, sale cada vez con mayor frecuencia y no siempre obligada por la imperiosa necesidad de trabajar para obtener sustento, sino que lo hace en plan de esparcimiento o para realizar deportes, actividades que en esta etapa, se encuentran vedadas.
El largo tiempo transcurrido desde el comienzo de todo, hizo que además las fuerzas policiales abandonaran su rol persecutorio. Trascendieron los audios del mismísimo ministro de Seguridad, Marcelo Saín donde daba a entender puertas para adentro que la fuerza policial no estaba dispuesta a efectuar detenciones por incumplimiento de salidas, porque además, no habría sitio físico para alojar a supuestos demorados por violaciones al ASPO, sin mezclarlos con detenidos con causas penales. Ante esto, lo único que queda es multar, y más allá de algún operativo aislado, más televisivo que efectivo, eso no se realizó por parte de la Municipalidad, a pesar que normativa y montos están vigentes.
La pasividad de la administración Javkin en el persistente conflicto del Transporte Urbano de Pasajeros fue pasmosa. No se lo observó activo al intendente ni se le escuchó demasiado enojado <más allá de su acostumbrada pirotecnia tuitera> con los fondos nacionales que no llegan en la medida de lo suficiente ni lo acordado, quizás comprometido por la benevolencia con que se lo trata desde la provincia, donde se le pospuso una millonaria deuda heredada de la admnistración anterior, ya que el Gobierno de Perotti es del mismo signo político de la Casa Rosada. El reparto de subsidios entre CABA y el interior sigue siendo alevosamente inequitativo.
Ayer enfrentó la rebelión de los Gimnasios, escudados en los probados beneficios que la actividad física trae a la salud y lo hizo con absoluta tibieza. Salieron los agentes de la GUM a multar a aquellos que decidieron abrir, sin efectuar clausuras. El lunes abrirán el resto, que no lo hicieron ayer por razones operativas. Enviaron mails y mensajes de Whatsaap a sus abonados invitándolos a reservar sus turnos. De no concretarse cierres, otros rubros podrían imitar la asonada, y la ciudad se convertiría en tierra de nadie. Nadie fiscaliza, nadie controla, nadie multa, nadie clausura y cada uno hace lo que mejor le parece.
El conflicto de los trabajadores municipales está en el medio. Llevan nueve largos meses sin percibir aumentos de salarios y en apenas diez días, serán diez. No se duda de las dificultades económicas y financieras que atraviesa la Municipalidad, ni del privilegio que tienen los empleados, de a pesar de la pandemia tener un empleo fijo, por el que perciben salario el quinto día hábil de cada mes, incluso buena parte de ellos resguardados para evitar contagios. Esa no es la situación de la mayoría de la gente y eso está claro. Pero tampoco se puede obviar la labor del personal en la pandemia, que ha sido vital. Tampoco que el 19% de inflación es un condicionante que dice que el poder adquisitivo se ha deteriorado notablemente. Javkin dijo ayer que el tema "debe resolverse a la brevedad", preanunciando que el final del conflicto está cerca y eso se hace de una sola manera, gastando más recursos.
Si algo faltaba para poner a prueba a la Municipalidad, la frutilla del postre será el Día de la Primavera. La costumbre de miles de jóvenes a salir a los parques para compartir momentos con amigos, tomar mates, ingerir bebidas (algunas alcoholicas), que son secuestradas en la mayoría de los casos, chocará de frente con la pandemia. Está prohibido reunirse, aunque ayer, en un simple recorrido pudo observarse que demasiada gente no lo acata, y mañana podría ser peor. Javkin dijo que habrá severo control, habrá que ver. Ya la marcha del #19S de ayer, convocada por la oposición del Gobierno puso a miles de rosarinos aglomerados en el Monumento. Las camas críticas son cada vez más escasas en la ciudad, la situación sanitaria es por demás compleja, y un desborde festivo inesperado, podría resultar fatal. Se espera que el esfuerzo estatal y la responsabilidad ciudadana estén a la altura de las circunstancias que vivimos.
Fernando Paulo Viglierchio
(Especial para RosariNoticias)
