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Saín desnudó las internas dentro del peronismo santafesino y la debilidad del sistema político provincial

 



Dos leyes sobre tablas, sin previa discusión en comisiones, con votos prestados por el propio peronismo, fueron la artera jugada del Frente Progresista en la Legislatura provincial que dejaron al desnudo la fuerte interna no superada dentro de la fuerza oficialista, donde un grupo de legisladores que responden al senador Armando Traferri no está dispuesto a hacerle el camino fácil al gobernador. 

El ex ministro de Seguridad de la provincia, y hoy legislador de la fuerza opositora, Maximiliano Pullaro nunca se preocupó en sus años a cargo de la cartera provincial por los fondos reservados que disponía y utilizaba a piaccere, pero ahora fue el principal propulsor junto a compañeros de bancada y ex miembros del Gabinete de Lifschitz de una normativa que plantea su blanqueamiento, quitándole el carácter de reserva para el que fueron creados. 

Pero además, la jugada incluyó la ley de incompatibilidades de funcionarios, que incluye un item que deja a Saín al borde de la destitución de no mediar un más que probable veto por parte del gobernador Omar Perotti. Suele decirse en política que para conocer a fondo a alguien hay que ver quienes están del otro lado y Perotti ya los conoce. 

El Frente Progresista no está dispuesto a perder terreno, la mayoría parlamentaria que la vetusta ley electoral de la provincia le otorgó en la elecciones le permite poner palos en la rueda, más bien bosques, sin acuerdo legislativo Perotti no tendrá por ejemplo presupuesto, ley de leyes, fundamental para el desarrollo de políticas públicas.     

La desprolija salida de la ley de lemas, la posterior imposición de la boleta única <con defectos y virtudes>, hizo que la gente vote por separado, atada a la figura que encabeza cada boleta y puso Ejecutivos de un color político y legisladores de otro. No estaría mal el juego de la alternancia y el control legislativo, pero no en sociedades tan politizadas como la nuestra. 

La tan denostada boleta sábana, hacía que el corte de boleta sea ínfimo y que la posibilidad que el Ejecutivo tuviera que gobernar con el Legislativo en contra, fuera remota. El sistema actual, propicia que en realidad no puedan juzgarse a pleno gestiones por lo que hicieron, sino por lo que el legislativo les permitió hacer.

Perotti se encontró al llegar a la Casa Gris entre cosas con un presupuesto elaborado por su antecesor, que lo ataba de pies y manos, con deudas y necesidades inminentes sin dinero para resolverlas. Solo la pandemia se apiadó del gobernador y aflojó un poco la cuerda. Propios y extraños dieron algo de aire y permitieron sostener una gobernabilidad endeble. 

Lo que le sucede a Perotti en la provincia (agravado por un grupo de leales que condiciona cada voto), le pasa por ejemplo a Javkin en Rosario. Creo, la fuerza política del intendente tiene un solo legislador propio en el Palacio Vasallo, sobre 28 escaños. Su pertenencia al Frente Progresista le permite gobernar, porque suma al socialismo y el radicalismo, pero se ve obligado a lograr alianzas con otras fuerzas política para constituir mayorías, como La Cámpora y Ciudad Futura. 

Perotti no tiene tantas alternativas, los 28 contra 22 que impone la Constitución provincial al número de legisladores a otorgar a ganadores y perdedores de la categoría diputados, sin aplicar sistema Dont para atribuir representatividad, salvo en el conglomerado de diputados minoritarios dejó un bloque oficialista en absoluta minoría, resignado a oponerse o retirarse, como ocurrió el último jueves. 

En el Senado el PJ cuenta con mayoría absoluta desde 1983, pero tiene indisimulables internas que perjudican al Poder Ejecutivo. Para el senador Armando Traferri, el ministro Marcelo Sain “no encuentra el rumbo en materia de seguridad”. El legislador del departamento Las Colonias Rubén Pirola manifestó: “En seguridad, no estamos conformes”. Son solo algunas muestras de disconformidad con funcionarios de su propio partido. 

La figura de Saín es controvertida, no cabe duda. Es alguien que conoce del tema seguridad, eso nadie lo duda. Sin embargo los resultados no fueron satisfactorios. "Pensé que el ministro Saín iba a superar mis números", aseguró el ex ministro Pullaro, algo que a las claras no sucedió. Saín enfrentó a la cúpula policial a su ingreso, desplazó a los cabecillas de las fuerzas de seguridad, promovió a nuevos mandos en la fuerza, pero al parecer investigó demasiado. 

"Molestan mucho sus formas", se escucha decir en los pasillos legislativos, y no es para menos. "Lo único que sabe hacer la Policía es salir al tun-tun  y quejarse", se lo escuchó decir. "Soy partidario de cagarlos a tiros a todos", señaló en referencia a los jefes narco. 

"No me quedo en Santa Fe porque me cagan a tiros", señaló en referencia a un fin de semana largo en el que se trasladó a la Capital Federal para descansar. "Ya le ordeno que restituya eso, porque de lo contrario voy a ir para allá y la cosa se va a poner picante", le dijo en un audio viralizado a un ex jefe policial. 

"Quieren la Policía sueca, pero están dispuestos a pagar la Policía congoleña". "La gente dice que no ve a la Policía en la calle y tiene razón". “La sociedad rosarina siente que vive en un cantón suizo y hay un nivel de violencia enorme”, son solo algunas de sus frases más polémicas. 

"Esa doble sanción es el mensaje a Perotti, pretenden decirle: ‘Mirá, acá estamos. Nosotros somos los que tenemos el poder en la provincia. Así que no me cabe ninguna duda que fue un gesto institucional contra el gobernador Perotti", señaló. "No son las leyes anti Saín, como dijo la prensa. Son las leyes anti Perotti", contraatacó el ministro. Algunas investigaciones relacionadas al juego clandestino, que involucraron o rozaron el vínculo legislativo, judicial y policial habrían sido el principal detonante de la avanzada del legislativo contra el funcionario. 

El gobernador dijo en la apertura de la Asamblea Legislativa: "Se acabó el pacto de la política con la Policía y de la Policía con el crimen". Nosotros le pusimos luz a ese pacto”. "Hay un juicio abierto contra el comisario (Alejandro) Druetta, mano derecha de Pullaro, hombre del narcotráfico que gestionó con el ex ministro codo a codo, durante años. Entonces, reaccionan de esta manera”, planteó Sain, tras conocer el intento legislativo de destitución.

“Nunca hubo un intento más grosero de condicionar la gestión de un ministro para forzar su renuncia. Y lo quieren hacer a cualquier precio”, consideró el edil de Cambiemos Roy López Molina, titular, además, de la Comisión de Control, Convivencia y Seguridad Ciudadana del Concejo Municipal de Rosario, cuya sede también fue atacada a tiros en años anteriores.

“Siempre voy a defender el valor de la institucionalidad, del debate y los consensos, que aquí no los hubo. Forzaron un tratamiento legislativo para enviar un mensaje político que busca correr del medio al ministro Marcelo Saín. El gobernador debe vetar ambas leyes inmediatamente, para respaldar a quien tiene una ardua tarea con la lucha frontal contra el delito”, agregó el edil, un inesperado apoyo desde un sector político no afín.

Un ministro políticamente incorrecto podría decirse es Marcelo Saín, para que negarlo. Un hombre plenamente capacitado para el cargo que ocupa, nadie lo pone en duda con magros resultados, también es cierto. Se encontró con una fuerza policial vetusta, obsoleta, corrupta y mal paga, a la que no dudó en enfrentar, con formas poco convencionales, frases salidas de contexto y algún exceso, cabe admitirlo. Pero el problema no es lo que Saín no hace, el problema principal es lo que Saín sabe y hace, y eso al parecer molesta, demasiado.

Fernando Paulo Viglierchio

(Especial para RosariNoticias)    





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