La pandemia obligó a la suspensión de las actividades deportivas. Algunas, las individuales fueron retomando ritmo luego del DISPO y el ASPO. Pero, la mayoría de las canchas de Fútbol 5 fenecieron frente a la crisis. Muchas de ellas, además de la actividad específica obtenían ingresos de escuelitas de fútbol <también cerradas> y los cumpleaños infantiles, tampoco permitidos.
Es por eso que en gran cantidad fueron cerrando sus puertas, en silencio, sin anunciarlo ni poner cartelería comunicando la nueva situación, quizás como método de recibir todavía los tardíos apoyos estatales que se destinaron al rubro. Las pocas que quedaron recibieron con beneplácito la noticia de reapertura esta semana, tras el anuncio del Gobierno Nacional de permitir actividades de más de 10 personas.
Pero los deportistas se encontraron con una sorpresa ingrata. Los precios de los predios duplicaron su valor desde marzo a esta parte. Mientras por entonces se pagaba entre $1.000 y $1.300 por la hora, hoy es imposible conseguir alguna que baje de los $2000. Los ingresos de la mayoría de la gente han mermado en pandemia y se les hace difícil tener los $200 pesos necesarios para jugarse el partidito semanal.
A eso hay que sumarle que los planteles disminuyeron considerablemente, aquellas personas consideradas "de riesgo", no se suman todavía a la vuelta del picadito por temor a contagios y otros tantos luchan todavía por bajar aquellos kilos que la pandemia les sumó.
