Al menos 351 personas resultaron heridas en estos ataques, los más sangrientos desde que las milicias chiitas hutíes se hicieran con el control de la capital a principios de enero en medio del caos propiciado por las milicias chiitas de los hutíes y los yihadistas sunitas de Al Qaeda, dos grupos hostiles al poder del presidente Abd Rabo Mansur Hadi.
El grupo EI reivindicó los atentados a través de un comunicado publicado en internet, firmado por la "provincia de Saná" del grupo yihadista, en el que amenazaban con más ataques contra los hutíes.