A raíz de los secuestros de productos electrónicos de alta gama en el aeropuerto de Ezeiza y de las fiscalizaciones a las empresas de courier, el accionar se concentró en efectuar un monitoreo permanente sobre las empresas de transporte y encomienda del norte del país, que despachaban “puerta a puerta” mercadería a clientes de la ciudad de Buenos Aires y de la zona norte de la provincia utilizando nombres falsos de destinatarios.
Luego del cruce sistémico y de la alerta generada por el incremento del volumen de operaciones de la empresa de transporte, se hizo un control documental y físico de la mercadería en la ciudad bonaerense de Campana cuando el camión pretendía ingresar a la ciudad de Buenos Aires: al abrir el camión, había más de 2 toneladas de productos electrónicos de alta gama. Interviene en el caso el Juzgado Federal de Campana, a cargo de Adrián Gonzalez Charvay, quien ordenó medidas y allanamientos para lograr esclarecer la maniobra.