Así fue decidido esta tarde en el marco de la asamblea plenaria reunida desde ayer en la casa de retiros “El Cenáculo de Pilar” de esa localidad bonaerense, con la participación de un centenar de obispos.
La sorpresiva elección de Ojea como titular del Episcopado para los próximos tres años se produjo luego de que el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli -que se presentaba como el candidato “natural” para suceder a Arancedo-, saliera elegido en la primera votación -con los dos tercios de los votos- y se autoexcluyera del cargo, resignando la presidencia.
Según informaron fuentes eclesiásticas, tras la renuncia de Poli, hubo que realizar una segunda votación, donde no se logró alcanzar los dos tercios de los sufragios, y se procedió a una tercera vuelta, en la que Ojea se impuso por mayoría simple. Por su parte, el cardenal Poli fue reelecto como vicepresidente primero del organismo para los próximos tres años, al igual que el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa, quien también fue elegido para continuar en el cargo de secretario general del cuerpo por un nuevo período.