En ese sentido, la funcionaria adelantó que evalúan medidas alternativas para acotar las consecuencias que este tipo de situaciones generan, principalmente, en los pasajeros de trenes y subtes.
“Hay lugares donde los protocolos se realizan sin que el edificio se llegue a vaciar. Queremos minimizar el efecto de este tipo de amenazas para que no genere tanto problema en la gente que tiene viajar”, detalló Bullrich.
Por otro lado, la ministra descartó que exista un patrón o una organización detrás de las amenazas de bomba y sostuvo que se trata de “un efecto repetición”. “Es gente que no tiene relación entre sí y que padece problemas psiquiátricos“, indicó sobre los autores de las falsas llamadas en las que se advirtió sobre la supuesta presencia de explosivos.