Según explicó, el corredor litoral estaba configurado para que, en caso de que ocurriera algún problema, se desconectaran 1.200 MW de generación a través del Sistema de Desconexión Automática de Generación (DAG), pero los automatismos de control fallaron y terminaron saliendo alrededor de 3.700 MW, lo que desestabilizó la red y desembocó en el apagón.
Tras la presentación de Lopetegui, Transener reconoció su “cuota de responsabilidad” y aludió a “distintas circunstancias extraordinarias” que se combinaron en ese momento, entre las que nombró el “despacho de generación asimétrico” que remite a la sobrecarga de una red vulnerable dispuesta por el Gobierno con el único propósito de bajar costos.