La propuesta se inicio con un pedido de organizaciones no gubernamentales especializadas en la temática y de integrantes de la comunidad médica que vienen advirtiendo sobre el creciente número de casos de enfermedades respiratorias graves asociadas al consumo de estos productos, fundamentalmente entre los jóvenes.
Distintos estudios establecieron que hay otras sustancias que se añaden a los vapeadores para que su uso sea atractivo para los más chicos, como colorantes o saborizantes. Eso ha contribuido a desarrollar el hábito de la inhalación.
En algunos casos, también se han incluido componentes psicoactivos (como los relacionados con el cannabis) para provocar otros efectos. En 2011 la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) emitió una disposición para evitar su importación, distribución y comercialización. Además, en 2016 volvió a revisar la evidencia y ratificó que no tiene carácter de tratamiento.
Si bien los cigarrillos electrónicos se encuentran incluidos en la reglamentación de la norma vigente como productos asociados al tabaco, el avance de esta tecnología “requiere incluirlo formalmente como producto de tabaco para garantizar una correcta implementación de la normativa”, sostuvo Filmus.