“Las cárceles son un lugar de concentración humana de mucho riesgo. El contagio y la contaminación pueden darse con muchísima facilidad“, explicó Fernández, para quien esta libertad debe estar vigilada a través del uso de tobilleras electrónicas.
Al igual que en otros países de América Latina, en donde la capacidad de las cárceles ha sido sobrepasada, en las últimas semanas algunos de estos centros en la Argentina fueron escenario de varios motines por los cuales los presos presionaron para poder obtener la libertad debido al avance del coronavirus.
Fernández, ante las críticas de la oposición, señaló en una entrevista radial que “el Gobierno no ha pedido la libertad de nadie” y que tan sólo está siguiendo las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En ese sentido, insistió en que sólo se beneficiarían de estas medidas aquellos presos que estuvieran cumpliendo condena por delitos menores y estuviesen dentro de la población de riesgo. “Intento que podamos controlarlo de manera racional”, dijo el mandatario, quien aclaró que “cada dos por tres leo un ‘tuit’ donde dice que queremos indultar y no es eso”.