Desde la actual intervención de la AFI informaron que esta nueva denuncia fue por la venta de armamento de fuego “de distinto calibre que integraba el patrimonio” de la AFI, “permitiendo a funcionarios y agentes en actividad adquirir hasta cinco armas por persona a un precio totalmente irrisorio y alejado de la realidad, y además prácticamente sin requisitos respecto a las condiciones exigidas para su acceso”.
Las armas se vendían gracias a dos resoluciones de Arribas y entre ellas había pistolas Bowning 9 mm y Glock, escopetas Beretta 12/70 y Revólveres Colt, entre otras, que pasaban a manos de agentes de inteligencia y funcionarios de la AFI manera fraudulenta y a precios irrisorios.