La vacuna argentina contra el coronavirus está en etapa preclínica, “con muy buenos resultados en animales de laboratorio”, asegura Juliana Cassataro, quien dirige este proyecto y es experta en inmunología, enfermedades infecciosas e investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad de San Martín.
El equipo que encabeza empezó a desarrollar esta vacuna hace seis meses y la fórmula está basada en proteínas recombinantes, es decir, proteínas a partir de una especie o una línea celular distinta a la original.
Si se disponen de todos los recursos necesarios, a mediados de 2022 podría estar terminándose esta vacuna que aún está en fase temprana. De todas formas, el desarrollo tecnológico sirve para esta ocasión y para otras infecciones virales que vengan en el futuro.