En un partido disputado en el Coloso Marcelo Bielsa, correspondiente a la segunda fecha del Grupo 7 de la Copa Libertadores de América, Newell's Old Boys venció categóricamente a Nacional de Montevideo por 4 a 0. Los goles de La Lepra fueron convertidos por Maximiliano Rodríguez y Curbello (EC) en el primer tiempo, mientras Lucas Bernardi y Orzán marcaron en la segunda etapa.
La Lepra recuperó la memoria, jugó con la misma fórmula que lo llevó a estar bien arriba en el fútbol local y consagrarse campeón del Torneo Final 2013 y a la semifinal de la Libertadores pasada.
El juego de toques que parecen intrascendentes, moviendo la pelota de un lado a otro, sin que el rival pueda llegar a cortar, desgasta piernas y paciencia de los jugadores contrarios. uscando el hueco hasta el hartazgo, haciendo circular el balón siempre con destino a un compañero libre. El exasperarte toqueteo de la pelota da resultados en cuanto algún defensor pierde una marca y se paga con gol.
El juego de toques que parecen intrascendentes, moviendo la pelota de un lado a otro, sin que el rival pueda llegar a cortar, desgasta piernas y paciencia de los jugadores contrarios. uscando el hueco hasta el hartazgo, haciendo circular el balón siempre con destino a un compañero libre. El exasperarte toqueteo de la pelota da resultados en cuanto algún defensor pierde una marca y se paga con gol.
Nacional no tuvo reacción ante la superioridad mostrada por Newell's, y nunca le encontró la vuelta al partido. Sin la pelota es muy difícil jugar al fútbol y ese fue un patrimonio casi exclusivo del local, que cada vez que aceleró encontró ventaja.
La apertura llegó a los 13' del primer tiempo, cuando tras una gran jugada colectiva y un desborde por derecha la pelota llegó hasta Maxi Rodríguez en el segundo palo, que de volea la mandó al fondo del arco para poner en ventaja al rojinegro.
Tras la apertura del marcador, se vio un Bernardi con un nivel superlativo, Mateo que ganó todas las que disputó y Banega poniendo todo su sacrificio al servicio del equipo hicieron de la posesión casi una religión. Figueroa y Maxi acompañaron y con cada estiletazo con su sello, amenazaban con aumentar.
Si a eso se le suma que los laterales Casco y Cáceres subían cada vez que se lo proponían, el dominio fue por momentos abrumador. Fue tal el dominio rojinegro que hasta el Gringo Heinze se atrevió a llegar hasta la mitad de la cancha para meter asistencias para los delanteros.
Casco levantó peligrosamente el codo para frenar un ataque aislado del rival, cometió un penal que el juez ignoró y esa fue casi la única zozobra que vivió Guzmán en el la primera parte. Sobre el final de esa etapa, Bernardi vestido de asistidor puso un pase al vacío por detrás de los defensores, llegó el centro y Curbello la empujó en contra de su valla.
Nacional salió a quemar las naves en la segunda parte, y en dos jugadas casi descuenta, incluso una de ellas se estrelló en el palo del arquero rojinegro, pero tras otra jugada antológica que partió desde la propia área el capitán leproso marcó de cabeza el 3 a 0 tras un centro preciso de Casco.
Los ingresados Trezeguet y Orzán armaron el cuarto, pero en posiciones invertidas. El delantero puso un centro preciso para el volante que puso el 4 a 0. Los hinchas de Newell's disfrutaron al máximo la goleada y el buen juego, volvieron a aplaudir de pie a su equipo, y el grito de "ole" bajó varias veces desde las tribunas colmadas.
Una noche de febrero, Newell's se reencontró con si mismo, mostró su mejor versión, aquella que no se veía en el Parque desde la época del Tata Martino. Nacional cayó sin atenuantes rendido a sus pies, con un fútbol casi perfecto, el local lo dominó de principio a fin y complicó sus chances de avanzar en la Copa.
