El seleccionado alemán aplastó a su par brasileño en la primera de las semifinales del Mundial 2014. Fue 7 a 1 en el Mineirao, una goleada histórica que volvió a dejar al scrach sin el campeonato en su propia casa, como en 1950 ante Uruguay. El local buscará el próximo sábado el tercer puesto con el perdedor de Argentina y Holanda.
Una verdadera lluvia de goles en menos de 30' minutos de juego, no había transcurrido media hora de juego y los alemanes ya ganaban 5 a 0. No fue partido, hubo un sólo equipo en la cancha, y otro que en medio del desorden no pudo evitar ser arrollado por una maquinaria perfecta, que no perdonó ningún error.
Los dirigidos por Low llegaban a posiciones de gol tras tocar previamente con todos sus compañeros, la rotación, el desmarque, los desbordes, jugando a un toque, casi como si hubiesen cambiado camiseta, Alemania se pareció bastante al Brasil de otros tiempos y Brasil no se pareció a nada.
Tristeza nao tem fin