Newell's Old Boys y Gimnasia y Esgrima de La Plata igualaron 1 a 1 en el Coloso Marcelo Bielsa, en un cotejo correspondiente a la segunda fecha del Torneo de Primera División. Los goles del encuentro fueron convertidos por Maximiliano Rodríguez y Osvaldo Barsottini, ambos en la segunda etapa. El árbitro Baliño tuvo una actuación pésima.
El partido resultó muy disputado en la mitad de la cancha, con fricción de ambos lados, y pierna fuerte en todos los sectores de la cancha. Los de Troglio no regalan nada, y vieron cuatro amarillas en los primeros treinta minutos, no dejaron jugar y se dedicaron a cortar el juego leproso.
Newell's extrala la proyección por los laterales que le dan Cáceres y Casco, y sin ellos depende demasiado de Maxi y Scocco. En la contención, con Bernardi y Mateo, y un Villalba que se fue rápido por lesión. Gimnasia apuesta a alguna pelota parada, con pocas ideas en ofensiva.
La apertura del marcador llegaría en la segunda etapa, tras un centro desde la derecha el ingresado Figueroa cabeceó al palo y La Fiera marcó el primero, para poner a La Lepra en ventaja. No duraría mucho, en un tiro libre descuidaron a Barsottini, el jugador a marcar y "Pucho" marcó la igualdad.
Newell's mereció algo más, pero deberá aprender la lección, varios equipos vendrán a Rosario a mmeterse atrás, no le regalarán nada y deberá saber superar esquemas defensivos. Gimnasia se fue con el punto que vino a buscar y Newell's se quedó con ganas de más, pero deberá mejorar y recuperar pronto a su goleador ausente, por el momento Scocco es sólo un emblema ausente.
Un párrafo aparte merece el arbitraje de Jorge Baliño, el referí demostró no estar a la altura de un partido de primera división. Amonestó jugadores sin sentido, se guardó la tarjeta ante faltas que merecían la amarilla y se equivocó en un par de clarísimos corners, en los que cobró saque de arco, uno para cada uno, no favoreció a nadie pero pitó siempre equivocado. Lamentable.
Un párrafo aparte merece el arbitraje de Jorge Baliño, el referí demostró no estar a la altura de un partido de primera división. Amonestó jugadores sin sentido, se guardó la tarjeta ante faltas que merecían la amarilla y se equivocó en un par de clarísimos corners, en los que cobró saque de arco, uno para cada uno, no favoreció a nadie pero pitó siempre equivocado. Lamentable.
