Con gol del pibe Cristaldo, el xeneize se impuso 1-0 en Mar del Plata y cortó una racha negra de ocho partidos sin festejar ante su clásico rival. Pese a contar con mayoría de suplentes, el equipo de Arruabarrena fue claramente superior ante un millonario que otra vez dejó una imagen preocupante. Para la estadística, sólo se trató de un simple amistoso de pretemporada, el sabor de ganarle al clásico rival no tiene precio.
Pero en la realidad, Boca se dio un gustazo de verano ante River. Y con el condimento de haberlo hecho con suplentes. Sí, el muletto de Rodolfo Arruabarrena fue más que el reciente campeón de la Copa Sudamericana y se impuso 1-0 en Mar del Plata.
La única emoción de la noche llegó rápido, a sólo 17 minutos del comienzo, con una muy buena jugada colectiva que terminó con un gran pase de Pablo Pérez y el derechazo de Franco Cristaldo para vencer a Marcelo Barovero.
El triunfo también le permitió al xeneize sacarse la mochila de la larga seguidilla sin triunfos ante el clásico rival. De hecho, fueron ocho partidos a lo largo de todo el 2014, incluyendo el cruce por las semifinales de la Copa Sudamericana.
Lejos estuvo de parecerse a un amistoso.
Sobró el juego brusco –Gigliotti le dio un planchazo a Barovero sólo castigado con amarilla y Vangioni sacó del partido al pibe Pavón- y el segundo tiempo culminó con tres expulsiones: Cubas en Boca y el propio Vangioni y Maidana en River.
En ese primer capítulo también resultó con un corte en el arco superciliar izquierdo el defensor xeneize Guillermo Burdisso, debido a que recibió un codazo del Gabriel Mercado, que bien le pudo haber costado un penal al Millonario.
En cuanto al juego, el equipo de Arruabarrena fue muy superior en la primera mitad. Ganó en todos los sectores y –principalmente- ganó la recuperación en el centro del campo gracias a la gran colaboración de los delanteros y los laterales.
Cubas en el capítulo inicial fue fundamental porque se impuso con claridad en el duelo en la mitad de la cancha ante Matías Kranevitter y cumplió la función de termómetro
Sin embargo, las primeras situaciones fueron de River, gracias a pelotazos largos de contragolpe.
A los 5, Teo manejó una contra por la derecha y buscó a Mora en el área, pero entre Sara –de muy buena presentación- y el “Chiqui” Pérez despejaron el peligro. Y a los 14, Pisculichi quedó mano a mano, pero definió mal ante la salida de Sara.
La réplica fue letal.
El chileno José Fuenzalida encaró por la derecha y dentro del área tiró el centro pasado para Carrizo –en imperceptible posición adelantada-. El ex Rosario Central tocó para Pablo Pérez –casualmente un ex Newell’s- y el volante, tras una buena maniobra individual, cedió para Cristaldo, quien la colocó entre Barovero y su palo derecho.
River sólo reaccionó con un jugada seguida al gol de Boca con un centro de Vangioni que el colombiano Teófilo Gutiérrez no logró resolver.
El complemento estuvo lejos de estar al nivel de la primera mitad.
Como jugadas de peligro apenas se puede contar un gol anulado a Rodrigo Mora por posición adelantada, tras un tiro libre lanzado por el especialista Leonardo Pisculichi de zurda y desde la derecha.
Con el correr de los minutos, la impaciencia de River comenzó a jugar a favor de Boca, que se limitaba a mantener la diferencia. Y más tras la expulsión de Cuba. Finalmente, las Rojas a Vangioni y Maidana –en tiempo cumplido- terminaron de inclinar la balanza a favor del xeneize, que comenzó el año dándose un gusto enorme.
Fuente LR
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