El senador nacional socialista, Rubén Giustiniani, criticó la reforma a la Ley de Inteligencia que fue aprobada con mayoría del kirchnerismo al señalar que no representa ni avance ni una democratización del actual sistema. “Los espías seguirán siendo los mismos y no hay un cambio real en su lógica de funcionamiento”, señaló.
“La ley de Inteligencia del Gobierno no da respuesta a los cambios fundamentales que hay que hacer; no hay un cambio real en las lógicas de funcionamiento del sistema de inteligencia. Lo que se presenta como una democratización y avance, en los hechos termina denominándose como la Ley Milani”, advirtió el senador nacional por la provincia de Santa Fe, Rubén Giustinaini, en relación a la reforma del Sistema de Inteligencia que fue convertida en ley por la mayoría kirchnerista en la Cámara de Diputados.
“El kirchnerismo –continuó Giustiniani- nos ha acostumbrado en el último tiempo que leyes de tamaña importancia se aprueban de forma express y exclusivamente con los votos del oficialismo. Es poco serio resolver una ley de esta trascendencia de esta forma y sin un profundo debate”.
Entre otros puntos, el legislador socialista cuestionó:
- Los mismos espías o personal de la actual Secretaría de Inteligencia pasan por completo al nuevo organismo, lo que evidencia que las prácticas del nuevo organismo serán las mismas.
- No se prevé la desclasificación de información reservada a pedido de ciudadanos, jueces o legisladores. La potencial desclasificación queda a merced de la arbitrariedad del Ejecutivo, sin la existencia de mecanismos administrativos ni judiciales para requerirla.
“Esto es algo que venimos reclamando desde hace años en múltiples causas sensibles para la opinión pública”, señaló Giustiniani.
- No se incluye el tema de la Inteligencia Militar, cuyo presupuesto ha crecido desde 2007 en un 585% y cuyo desarrollo contradice la ley de seguridad interior que prohíbe expresamente que la fuerza armada pueda realizar inteligencia.
- No hay mecanismos que garanticen la subordinación democrática del aparato de inteligencia, y pongan freno a la creciente autonomización de estas prácticas.
- Se traslada la Dirección de Observaciones Judiciales a la órbita del Ministerio Público Fiscal, fortaleciendo las actuales facultades de la Procuradora Gils Carbó; estas facultades deberían estar en manos de la Corte Suprema.
En definitiva, concluyó el senador Giustiniani, desde el punto de vista de las lógicas de funcionamiento, “existe una clara línea de continuidad entre la Secretaría de Inteligencia y la nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI)”.-

