Un proyecto de Declaración presentado por los ediles Boasso y Chale, en el que se expresaba el "rechazo a políticas violatorias de los derechos humanos en Venezuela", desató un extenso debate de casi una hora durante la sesión de ayer del Concejo Municipal. Había antecedentes, la solicitud de cierre de Guantánamo fue eje de debate hace algunos años.
Tras explicar la iniciativa el edil Jorge Boasso mencionó un documento firmado por el presidente de la Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz en el que basaba su solicitud. Enseguida se desarrolló un acalorado debate entre los concejales de distintas bancadas, sobre la conveniencia o no, que el cuerpo legislativo exprese su opinión sobre cuestiones que le son ajenas.
El concejal del PRO, Rodrigo López Molina afirmó que en Venezuela se vivía "una dictadura democrática", con arresto de líderes opositores y el asesinato de un joven manifestante en las calles y justificó así el apoyo al proyecto, en certero alineamiento con el candidato a vicegobernador d su partido.
El oficialismo votó dividido, Capiello se expresó en el convencimiento que el Concejo no era el ámbito propicio para el debate de este tipo de proyectos, que en nada aportan al bienestar de los rosarinos, y fue acompañado en la negativa por su compañera de bloque, Viviana Foresi. En cambio su compañero de bloque, y rival en las internas, el presidente del cuerpo, Miguel Zamarini, acompañó la iniciativa.
También se expresaron en contra de la declaración y en defensa de la democracia en la República Bolivariana de Venezuela la edila Norma López y Roberto Sukerman, del FPV; Héctor Cavallero, del PPS; María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular. El edil Osvaldo Miatello, solicitó abstenerse. Se votó luego de manera nominal y a favor de la resolución se expresaron 11 ediles y 8 lo hicieron en contra.
Siempre se dijo que el Concejo Municipal es la caja de resonancia de cuestiones públicas. Su incumbencia o no, en temas que no le competen directamente es discutible. El aprovechamiento de mayorías circunstanciales para expresar posicionamientos legislativos sobre diversas cuestiones a nuestro modo de ver no es aconsejable.
Podrían juntarse ediles en la próxima sesión a repudiar la violencia en Rosario, a instar a las autoridades a adoptar medidas conducentes a cesar la ola de violencia, a pedir a la EPE terminar con los cortes de energía, a solicitar que el caudal de agua en los barrios sea el apropiado, a exigir que los colectivos pasen cada diez minutos, o que la jubilación mínima sea de 10 mil pesos. Nada cambiaría si así ocurriera.
En plena campaña electoral, queda bien situarse de algún lado, para marcar de que lado de la cancha se está. Quedó claro. Pero fue un debate estéril. Ni Obama se preocupó demasiado cuando el Concejo Municipal de Rosario lo instó a cerrar la cárcel de Guantánamo, ni Maduro cederá una pizca de su poder ni cambiará su estilo por que en el palacio Vasallo estén preocupados.
Fernando Viglierchio
Director
RosariNoticias

