A pesar de ello, lograron convivir en plena campaña electoral, gracias a la relación de amistad que los une, pero llegó el momento de separar bienes. En eso Boasso ya conoce el camino, ya que nunca pudo mantener dentro de su propio espacio a los compañeros de bloque que ayudó a llegar al Palacio Vasallo.
El radicalismo en el Concejo se encuentra fragmentado ahora en cuatro bloques para cinco ediles. Rosúa, León y Boasso tienen uno propio, y desde ayer, Chale y Schmuch comparten uno. El flamante espacio es aliado de las políticas del Ejecutivo y peleará por la presidencia del cuerpo legislativo.

