De acuerdo a un informe del Servicio Meteorológico Nacional, entre el 1º y el 14 de agosto, las precipitaciones acumuladas en Rosario alcanzaron los 124 milímetros, superando en tres veces el valor normal del mes (36,7 milímetros). Y el pavimento acusó el impacto no sólo de la cantidad de agua caída, sino de la seguidilla de jornadas lluviosas.
“Con estas últimas precipitaciones, además de la intensa caída de agua, se siente además el largo tiempo que el pavimento ha estado húmedo y bajo un intenso tránsito. Los dos factores producen inconvenientes en los asfaltos más envejecidos”, explicó la secretaria de Obras Públicas, Susana Nader.

