magicScript

Rubeo: "Una vez más, el futuro de la Patria está en juego"


El regreso del general Juan Domingo Perón a la Patria, en 1972, después de 17 largos años de proscripciones, persecución, planes económicos anti populares, fue designado como el Día de la Militancia, precisamente porque fue esa masa leal y luchadora la que permitió que aquel 17 de noviembre el hombre que había cambiado la Historia para siempre volviera a pisar suelo argentino.

Más que mis propios conceptos, es bueno recordar qué significa ser militante en palabras de un enorme pensador nacional y popular como don Arturo Jauretche: "Militante es aquel que intenta transformar el mundo con su ejemplo; sabe que decir lo que se piensa y hacer lo que dice es el arte mayor de una noble práctica política. Su proceder está guiado por un precepto evangélico: luchar por la igualdad entre todos los seres humanos.

Su enorme tarea se inscribe en un paradigma fraterno: ningún ciudadano se realiza en una Nación que no se realiza". Nada de eso podía ser comprendido por el dictador de turno que entonces presidía el país. Alejandro Lanusse había dicho, meses antes, que si Perón no volvía a la Argentina era porque "no le daba el cuero".

El 15 de noviembre, en Roma, antes de embarcarse en el vuelo de Alitalia, el general, en lugar de estar preocupado por su propia seguridad, envió un mensaje pacificador, a sabiendas de que quienes más riesgos corrían eran sus militantes: “Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra”.

No se equivocaba. Lanusse rodeó el aeropuerto de Ezeiza con tropas y vehículos militares, con el fin de evitar que las masas peronistas reciban a su líder. Vano intento. Centenares de miles de militantes sortearon ese cerco, cruzaron el río Matanza y se desplegaron para ver la llegada de Perón. En el avión, junto al viejo general, viajaban 154 hombres y mujeres.

Dirigentes peronistas, camaradas de armas, compañeros de la CGT y las 62 Organizaciones, empresarios del campo nacional y popular, científicos, artistas, profesionales, sacerdotes y deportistas.

A Perón le daba el cuero y no estaba solo. Lanusse mascullaba su bronca. Al ver la multitud que lo recibía tras el forzado exilio, Perón escribió una nota de agradecimiento. "Pocos podrán imaginar la profunda emoción que embarga a mi alma ante la satisfacción de volver a ver de cerca a tantos compañeros de los viejos tiempos, como a tantos compañeros nuevos, de una juventud maravillosa que, tomando nuestras banderas, para el bien de la Patria, están decididos a llevarlas al triunfo".

A 43 años de aquella gesta, además de celebrar el Día del Militante, los peronistas y millones de argentinos que no lo son pero a quienes no les resulta indiferente el destino de la Patria, nos encontramos militando, una vez más, detrás de una causa noble: el domingo 22 de noviembre, en pocos días, el compañero Daniel Scioli, un luchador, alguien que también está decidido a llevar aquellas banderas al triunfo podrá, con el esfuerzo y el voto de millones de militantes, ser el presidente de todos los argentinos.

Una vez más, el futuro de nuestro querido país depende de la energía y el coraje de la militancia. Y eso, para mí y para todo peronista, es motivo de orgullo y felicidad.

Entrada más reciente Entrada antigua
.: Otro camino a la información :.

inicio_recent