El Ejército iraquí, apoyado por unos 700 milicianos tribales, mantiene bloqueados los accesos de la población y se prepara para el asalto a este importante feudo del EI, situado a unos 55 kilómetros al sur de la ciudad de Mosul y en la provincia de Nínive. Las fuerzas gubernamentales lograron liberar varias localidades en la periferia de Al Qayara en los últimos días, por lo que solo queda irrumpir en la ciudad, agregó el alcalde.
Con el fin de retrasar la ofensiva, el EI quemó pozos de petróleo para obstaculizar con el humo las operaciones de la aviación militar iraquí. Estos gases tóxicos causaron unos treinta muertos entre la población civil por asfixia, según el recuento de Al Yaburi.