Deberán participar de dos debates presidenciales -uno de ellos a realizarse en el interior- con 20 y 7 días de anticipación a la primera vuelta electoral. En caso de que el futuro presidente deba definirse en ballottage, los postulantes deberán enfrentarse en un tercer debate, diez días antes de la segunda vuelta. Quien no cumpla recibirá como sanción la quita total de los espacios de publicidad audiovisual que el Estado reparte entre las fuerzas políticas durante la campaña.
Dichos espacios publicitarios se repartirán de manera equitativa entre el resto de los candidatos. Asimismo, el texto dispone que "el espacio físico asignado al candidato faltante permanecerá vacío, a fin de denotar su ausencia". La dinámica de los debates se pautará en un encuentro entre los candidatos -o quienes ellos designen-y la Cámara Nacional Electoral. El tribunal tendrá la última palabra en caso de que no se llegara a un acuerdo sobre los temas o la mecánica a implementar.