En este marco, los cuerpos de las víctimas, envueltos en sábanas, permanecían ayer en una improvisada morgue en el cementerio local, algunos a la intemperie y otros en un salón sin aire acondicionado, según informaron fuentes oficiales a la agencia Reuters.
El desastre, considerado uno de los peores en la historia del país, arrasó con varios barrios de Mocoa, una localidad de 100.000 habitantes cercana a la frontera con Ecuador y Perú, en la selva amazónica.