La movida política de Francisco deja un hueco en Buenos Aires, que se queda sin representa del Vaticano y en el Gobierno se espera con sigilo a quién enviará. Tscherrig había llegado a la Argentina a inicios de 2012 nombrado por Benedicto XVI.
El diplomático suizo visitó al Pontífice el pasado jueves 24 de agosto, y se terminó de confirmar su transferencia de Buenos Aires hacia Roma. Desde ese día no se sabe quién vendrá al país.