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De todos modos, la fecha no perjudicó ni mejoró el clima turístico, simplemente cambió su composición. La estadía media se ubicó en 2,8 días, levemente por debajo del año pasado, y el gasto promedio diario por persona fue de $770, 28,3% por encima del mismo fin de semana 2016.
El desembolso total vinculado al turismo del fin de semana, incluyendo transporte y alojamiento, fue 26,3% superior al mismo fin de semana de 2017, que si se quita el efecto inflación, deja un aumento de 2,3% en las ventas de bienes y servicios. Eso sin considerar el gasto relacionado al Día de la Madre.
"El movimiento turístico está reactivándose bastante bien en la mayor parte del país y eso se debe a que las familias van recuperando su poder adquisitivo, pero sobre todo, a la dedicación que le ponen las ciudades en planificar su sello turístico. Es una tarea que se inició hace años, y se van viendo los resultados del trabajo continuo”, manifestó Fabián Tarrío, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, CAME.