Este herbicida se ha convertido en una cuestión de salud pública pero también política desde que, en mayo de 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer -que depende de la OMS- lo calificó como “probable cancerígeno”.
Los nueve países que dijeron no en una primera votación el pasado 9 de noviembre, entre ellos Francia y Luxemburgo, mantuvieron este lunes su posición, indicaron fuentes europeas al corriente de la decisión, tomada a puerta cerrada. El Concejo Municipal lo prohibió en Rosario hace apenas 15 días.