Recordó que a fines de 2016, el tipo de cambio “era $15,88, aumentó 20% en 2017 y diez puntos los aumentó solo en diciembre pasado. Veníamos con inflación de 24% y movimiento del dólar del 10%. Ese era un atraso que generaba un déficit en la balanza comercial de 8 mil millones de dólares. Eso se corrigió, en parte”.
A su criterio, la inflación “es una larga batalla, pero lo que está en la base de la Argentina es la situación fiscal. Con un déficit de 6 puntos del PBI -por ser benévolo- no hay forma de tener una inflación baja. Los mercados saben que en algún momento vas a prender la maquinita de imprimir billetes y vas a financiar ese gasto insostenible con inflación”.
“En 2016 y en 2017 casi no mejoró la situación fiscal. En 2018, puede ser que baje un punto. Si esto se cumple, la inflación gradualmente se va a ir bajando, pero no vamos a ver inflaciones normales por dos o tres años”, vaticinó el economista.