Lectores de nuestro portal nos denuncian que anoche, en la zona de la Estación Fluvial, un trapito les exigió $50 pesos para dejar el coche, cómo se negó a entregárselo, cuando volvió tenía el espejo de su unidad roto. No es el único caso, hay más.
En la bajada Escauriza, cerca de una tradicional parrilla donde se come pescado, el cuidacoche coloca en el parabrisas del auto un papel que dice "estacionamiento Escauriza $50". No hay represalias para quienes no lo abonan, pero de todas formas constituye un claro intento por tarifar zonas gratuitas de estacionamiento.
La discusión en el Concejo viene de tiempo atrás, la Municipalidad se ha mostrado reacia a prohibir a los trapitos, optó por autorizar a cooperativas y otorgarles algunas zonas fijas, como la cercanía de eventos, por ejemplo la Fiesta de las Colectividades y a entidades benéficas la zona de La Florida en la estación estival.
En su momento, el ex edil Jorge Boasso propuso su identificación, pero la negativa fue rotunda por parte de la Municipalidad, alegando que eso podía generar algún tipo de vínculo formal, que más tarde podría ser reclamado judicialmente.
Así las cosas, con una Secretaría de Control que algunas veces acude en defensa de los automovilistas cuando se activan demasiadas denuncias en algunas zonas, los cuidacoches se van corriendo, generando nuevas zonas bajo su dominio.
Se entiende que la situación social es acuciante y muchos de ellos encuentran en esta actividad no regulada una fuente de ingresos que les permite sobrevivir. Hay miles que lo hacen honestamente, que no exigen tarifas específicas y se dedican realmente a cuidad el bien que se les deja "bajo custodia". Pero hay cientos, que extorsionan al propietario del auto, lo acosan, lo maltratan, y hasta toman represalias con el vehículo si no se les da lo que exigen. Hay que actuar sobre ellos y poner fn a su accionar extorsivo.