En otras entidades, le negativa fue lisa y llana. “No tenemos los dólares”, o “vuelva la semana próxima porque justo no hay stock”, fueron algunas de las frases más escuchadas.
Por otra parte, creció la modalidad de negar la compra de dólares por parte de los clientes, aunque no de modo directo. Lo más usual fue la -causal, no casual- caída del Home Banking. Aunque los bancos evitaron los poco elegantes carteles de “no hay dólares”, fue lo que repitieron cajeros ante clientes ansiosos.