Y agregó: “La oposición en la Argentina tiene muchos discursos, pero le falta la construcción de una propuesta alternativa”. En ese sentido, el histórico dirigente peronista se distanció del kirchnerismo, al indicar que su rol como opositor “no sólo es estar en contra, sino saber que el Gobierno no es el enemigo sino el adversario”, al identificarse como “heredero del abrazo Perón-Balbín, algo que se tiene que volver a imponer en una Argentina que se lastimó mucho con el conflicto, con el antagonismo”.
Por lo tanto, aclaró que en las internas presidenciales, en las que trabajarán desde la intervención de Barrionuevo, “van a estar todos aquellos que coincidimos con la historia del peronismo;, algunos que nunca quisieron nuestra historia no van a estar”, ya que “el kirchnerismo tenía una concepción muy sectaria y excluyente del partido”. “Nacimos con el peronismo, y en los últimos 8 años no nos quería ver nadie; nosotros expresamos una concepción dialoguista y pensante que no es la que quieren estos muchachos”, dijo en alusión a Cristina Fernández de Kirchner.(Télam)