Es por ello que desde las 0 horas de este viernes la planta está paralizada y los trabajadores afectados no pudieron ingresar al recinto. La comunicación fue verbal, pero aún no les llegó el telegrama de despido. Desde las 9 de la mañana, trabajadores y compañeros de la firma realizaron una movilización con quema de cubiertas por calle Irigoyen.
Luego se llevó cabo una asamblea. “Acá no se termina”, dijo Brizuela y señaló que la justificación de la empresa es “que se deben achicar al máximo para poder competir con los productos de la misma firma en las sedes de Brasil y de Colombia ya que los costos en Argentina son muy caros”.
“No podemos seguir permitiendo esto”, resaltó y dijo que iban a continúar con la lucha y solidaridad frente a los compañeros afectados.
“Quieren reducir costos y sacan a los más débiles que somos los trabajadores”. La compañía cuenta en el lugar con unos 300 trabajadores dentro y fuera del convenio indicó Brizuela. “En mantenimiento hay 70 trabajadores, despidieron a 22 lo que representa casi el 30%”, sintetizó.