En el documento, el Consejo Permanente también alentó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realice una visita a la región de frontera para “observar las consecuencias de las políticas migratorias, de refugio y de asilo implementadas por Estados Unidos”. También se pide que el gobierno de Estados Unidos evite devolver automáticamente a sus países de origen a aquellas personas “cuyas vidas o libertades podrían estar amenazas o en riesgo”.
El texto original incluía un párrafo que “urgía” a Estados Unidos a “no recurrir” a la separación de las familias migrantes, pero se negoció una enmienda que pidió que se apliquen las medidas recientemente anunciadas sobre el fin de la práctica de separar niños y adultos en los centros de retención de inmigrantes.
Una fuente diplomática que solicitó el anonimato, sin embargo, comentó que la enmienda aprobada a la resolución permitió su apoyo generalizado, porque el texto propuesto inicialmente enfrentaba algunas resistencias por la mención específica a Estados Unidos.