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Si bien las declaraciones fueron extremadamente cautelosas, Lifschitz salió a desmentir insistentes versiones que lo ponían lejos del partido de la rosa. "Hace 40 años que milito en el socialismo, no creo que sea buen momento para cambiar de partido", expresó ante la requisitoria periodística.
Aunque no lo admiten para afuera, saben que la férrea oposición justicialista a discutir la reforma constitucional en 2019, que habilite la reelección es cosa juzgada, y ya apuntan a otro tipo de acuerdos que le permitan la gobernabilidad, en épocas de vacas flacas, asegurar los recursos para sostener la obra pública resultan fundamentales y a eso apuntan ahora sus acuerdos con el PJ, donde aún sostienen buena relación con senadores peronistas.
Así las cosas, Bonfatti podría retornar a la Casa Gris, y Lifschitz tendría un abanico de opciones para jugar de líbero en la elección de 2019. Podría hacer un enroque con Bonfatti y encabezar la lista de diputados provinciales, ser diputado nacional o quizás candidato a intendente de Rosario, donde aún conserva buen caudal electoral.