La consecuencia directa fue una aceleración de la caída de la demanda. “En lo que va del año la pérdida de ventas es del 10% al 15%, sobre todo en los barrios, y no tan fuerte en el centro”, explicó José García, titular de la Asociación de Carniceros.
“Lo que pasa ahora y nunca lo habíamos visto, es la sobra de asado de costilla”, se sorprendió García y agregó que esto se produce porque ese corte tiene mucho desperdicio.