En la oportunidad, el secretario de Cultura municipal, Guillermo Ríos, remarcó a los presentes que el programa “es fruto del trabajo colectivo a través del cual ustedes se incorporan al mundo de lo simbólico, de la lectura, de la escritura".
En este sentido, el funcionario celebró que los participantes "van a poder compartir con sus hijos, con sus nietos, en sus trabajos nuevas experiencias. Quizás no podamos cambiar al mundo, pero sí cambiar nuestra mirada sobre el mundo.
Por eso es una tarde de mucha alegría para celebrar esta etapa que no termina acá, porque es ahora cuando empieza algo que es para toda la vida”.
Por su parte, la responsable del Plan de Alfabetización Municipal Yo, sí puedo, Dorotea Bruggermann, al abrir el acto recordó que este 2018 es el octavo año consecutivo del programa en funcionamiento.
"Y hoy podemos decir que hemos sumado voluntades para que este programa llegue a cada rincón de la ciudad". De esta manera, la coordinadora resaltó "el trabajo conjunto del municipio con las organizaciones sociales, las instituciones barriales y las empresas que también se han sumado al Yo, sí puedo, para darles a sus operarios la oportunidad de participar del programa durante la jornada laboral".
“Como dice Freire (Paulo, reconocido pedagogo brasileño), la educación es un acto de amor y por lo tanto un acto de valor”, sostuvo la coordinadora del programa al referirse también a los adultos y adultas voluntarias que acompañan a los participantes en la experiencia.
En Rosario el Yo, sí puedo se implementa desde 2010 y ya cerca de un millar de vecinos y vecinas recibieron su diploma al completar este método de alfabetización de origen cubano que el municipio y organizaciones locales impulsan en convenio con la Fundación Un Mundo Mejor es Posible.