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El mismos ocurrió cuando personas intentaban llenar contenedores con combustible que brotaba desde el ducto fracturado. Decenas de cuerpos calcinados yacían el sábado en el campo carbonizado donde ocurrió la explosión en el municipio de Tlahuelilpan mientras forenses inspeccionaban y fotografiaban sus restos.
Soldados y otros militares rodearon el área acordonada. El terreno estaba lleno de zapatos y ropa quemadas, así como cubetas y tambores utilizados por las personas para recolectar combustible. Los familiares de las víctimas estaban reunidos en grupos, conmocionados por la situación.