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No emitía información de localización satelital mediante su equipo de AIS y cuya posición no coincidía con la flota pesquera argentina monitoreada por Prefectura en el área.
El “Mantilla” inició navegación hacia el pesquero y constató que tenía sus redes desplegadas y las luces de faena encendidas, por lo que se activó el protocolo previsto para prevenir la pesca ilegal. En un principio se realizaron repetidas comunicaciones en español y en inglés y emitió señales sonoras pero no se obtuvo respuesta alguna.
En su lugar, el buque chino liberó el ancla y empezó a navegar hacia aguas internacionales mientras apagaba todas las luces y liberaba sus equipos de pesca. A partir de ese momento se inició la persecución, que llevó al pesquero extranjero a realizar peligrosas maniobras con el objetivo de chocar el guardacostas y atentando contra la vida de su tripulación.
Ante la falta de respuesta y siguiendo el protocolo de actuación, se dio la orden de efectuar disparos de advertencia hacia la proa del pesquero, con lo que se intentó frenar su marcha, sin afectar sus condiciones de navegabilidad para salvaguardar la vida de la tripulación. A pesar de esto, el capitán del buque chino no se detuvo, por lo que se hicieron más disparos intimidatorios hacia el pesquero, por encima de su línea de flotación.