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El socialismo deja el poder sin manchas de corrupción, una premisa cumplida en toda su gestión y en los tiempos que corren sin dudas algo valorable. Nadie podrá negarles su gestión en salud pública, donde con 5 hospitales construídos e inaugurados marcaron un camino insoslayable. Tampoco las inportantísimas obras encaradas a través del Plan Abre, los acueductos, el Vuelvo a Estudiar, los accesos a la ciudad, los miles de kilómetros de rutas, una gestión intachable, con un solo talón de Aquiles, la inseguridad.
Y lo pagaron caro, a nadie se le escapa que el tema trasciende lo provincial y que mucho de eso tiene que ver con la situación de marginalidad y pobreza en la cual el gobierno de Mauricio Macri metió a la Argentina, ni aún los más entusiastas macristas destacan su gestión económica, que a vistas de las sucesivas derrotas está siendo revisada, y puesta en pausa, el deterioro del poder adquisitivo del salario ya está hecho, y le costará a la población horrores recomponerlo.
El socialismo se aferró a Pablo Javkin para intentar retener Rosario de la ola peronista que arrasa en cuanta elección se le pone por delante, al punto que ayer, salió victorioso en las cuatro que se disputaron en Santa Fe, Formosa, Tierra del Fuego y San Luis. Y lo logró, el radical se impuso en la categoría intendente por escaso margen al candidato justicialista que arañó la gloria, pero no le alcanzó. Hasta donde acompañará el socialismo a Javkin es una incógnita, probablemente unos dos años, luego comenzará un sinuoso camino por recuperar Rosario, su bastión histórico.
No dudará en ello en jugar sus fichas más importantes y no habría que descartar que Lifschitz, que a regañadientes presidirá la Cámara de Diputados por los próximos cuatro años, donde el partido de la rosa tendrá mayoría automática, sea el próximo postulante. Quedó claro que Miguel es su principal figura, fue el único vencedor de ayer, o no el único, Jatón le arrebató a Cambiemos la ciudad capital de la provincia.
El ocaso socialista no es total, también se impusieron en Rosario en la categoría concejales, pero pusieron de cabeza de lista a una peronista confesa como Susana Rueda, le siguió María Eugenia Schmuck, radical del sector de Javkin y el demoprogresista Aldo Poy también ganó una banca, es decir de socialismo, poco. La marca está intacta, el partido tiene todavía bases sólidas deberá buscar nuevos objetivos, dar paso a nuevas generaciones, volver a hacer política sin recursos, algo que ya tenían olvidado y reposicionarse dentro de la política nacional, donde a medias tintas siempre, han perdido terreno.