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Fernández pretendía mostrarse como un gran conciliador, un tipo común como se autodefine y en realidad lo es. Pero, devenido en candidato, se convirtió en el principal adversario del oficialismo, que comenzó a desplegar toda su estrategia mediática sobre un Fernández débil, y no preparado para la ocasión, ya que todavía estaba distraído cerrando el frente interno y las listas, tarea bastante ardua por cierto, tratando de contener a todos y todas.
Primero pretendieron mostrar a su hijo, un personaje "raro" para quienes no sean teenagers, amante del animé (cossplayer y drag queen) que suele disfrazarse de mujer y es muy exitoso en su rubro. Alberto respondió bien, dijo que Estanislao era su orgullo, "un tipo sano, que trabaja todos los días, se toma el subte y vive desde hace dos años con su novia". Primereó a los medios hegemónicos que intentaban crear una posible historia de conflicto que el candidato no tiene en absoluto.
Luego fueron sobre su status económico, averiguaron hasta las expensas del departamento donde vive en Puerto Madero, y él aclaró que en realidad le pertenece a su amigo Pepe Alvistur, que sólo paga los impuestos del lujoso piso de 80 metros cuadrados que ocupa junto a su pareja, Fabiola Yañez y su perro Dylan, que por ahora zafó de agravios y hasta podría asegurarse sin temor a equivocarnos que no tiene pulgas.
Después inventaron que no daba clases en la Universidad de Buenos Aires (UBA) como profesor de Derecho, algo que prontamente la casa de altos estudios salió a aclarar que era real. Esa es una de sus fuentes de ingresos, las otras son inversiones inmobiliarias, el alquiler de dos departamentos de su propiedad. No hay flancos para ingresarle por ese lado, figuran en sus declaraciones juradas desde siempre y nunca estuvieron bajo sospecha. Hasta Bonadio lo citó a Comodoro Py como testigo en una causa por una opinión mediática no judiciable.
Entonces decidieron intentar sacarlo y lo lograron en cierta medida, beneficiados por su falta de experiencia en la exposición pública masiva y el ataque multiplicado de cientos de micrófonos preguntando todos al mismo tiempo, cuestiones no sencillas de responder en tres palabras. Lograron ponerlo algo nervioso, se peleó con la periodista ultramacrista Mercedes Ninci, de Canal Trece, la semana pasada, y ayer con el también cordobés Mario Pereyra, dueño de una gran audiencia en la Docta.
El veterano conductor es amigo personal del presidente Mauricio Macri y no lo disimuló ni un poco. Lo esperó agazapado para lanzarle por la cabeza una batería de preguntas/acusaciones que le quedaron incómodas, en las que si bien pudo zafar, debió recurrir a su mejor cara y paciencia, hasta que llegó a decirle "ya sé que no me quiere, pero podría disimularlo un poco".
Si en la contienda política Cambiemos tiene algunas cosas a su favor, son el manejo de los medios de comunicación y las redes sociales. En ese terreno, el peronismo no puede competir, ya que apenas cuenta con un par de medios afines, perseguidos sin disimulo por el propio Gobierno, que tiene sus dueños encarcelados, sus cuentas confiscadas y cada tanto les corta las transmisiones o los allana como ayer ocurrió con C5N.
Lo asesores de campaña de Alberto deberían tomar nota a la brevedad de esta circunstancia, y no exponer al candidato a entrevistas que no le sean favorables, hablar en los actos y en los spots publicitarios, elegir bien con quien hablar y de qué, a que programas ir, y no prestarse mansamente a ser arrollado por la topadora mediática que busca perjudicarlo y mostrarlo propenso a la intolerancia, algo que dicen y recalcan era un atributo del kirchnerismo, del que hasta ahora supo sostener prudencial distancia.
Mientras tanto, a Macri nadie le pregunta por la inflación récord en los últimos 30 años, el crecimiento sostenido de la pobreza a los dos dígitos, la causa Correo Argentino, los parques eólicos, el incremento de los peajes de sus propias empresas, el blanquemiento de dinero por parte de su hermano, gracias a su Decreto modificando la ley, el hundimiento del ARA San Juan, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, la caída del poder adquisitivo del salario, el crecimiento inconmensurable de la deuda externa, o la duplicación de los argentinos que pagan Ganancias, impuesto al trabajo que prometió eliminar en campaña. Supongo algo tendría para decir el presidente de esto... pero nadie lo indaga al respecto.
Mientras tanto, a Macri nadie le pregunta por la inflación récord en los últimos 30 años, el crecimiento sostenido de la pobreza a los dos dígitos, la causa Correo Argentino, los parques eólicos, el incremento de los peajes de sus propias empresas, el blanquemiento de dinero por parte de su hermano, gracias a su Decreto modificando la ley, el hundimiento del ARA San Juan, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, la caída del poder adquisitivo del salario, el crecimiento inconmensurable de la deuda externa, o la duplicación de los argentinos que pagan Ganancias, impuesto al trabajo que prometió eliminar en campaña. Supongo algo tendría para decir el presidente de esto... pero nadie lo indaga al respecto.
Alberto es un candidato capaz, con experiencia de Gobierno, un hombre de convicciones, le falta juego mediático, cintura para eludir zancadillas y algo de astucia para no prestarse al laberinto que le proponen. Quienes diseñan la campaña, están a años luz de Durán Barba y los trolls de Marcos Peña, entrenados en la materia del marketing político, y en ese terreno, el peronista tiene todo que perder. La calle le queda mejor, el mano a mano, el frente a frente, quienes lo secundan deben armar más actos, sacarlo a la calle, y pelear en el ring que mejor conocen, las PASO no están lejanas y cualquier error, puede ser decisivo.
Fernando Paulo Viglierchio
(Especial para RosariNoticias)