Kim “se sentó en el puesto de observación y guió el disparo de prueba”, afirmó la agencia, que añadió que el dirigente dio cuenta de su “gran satisfacción” con el resultado.
Corea del Norte presenta estos disparos de misiles –los del sábado fueron los quintos en dos semanas– como una protesta contra los ensayos militares anuales que realizan Estados Unidos y Corea del Sur, actualmente en curso y que Pyongyang denunció en repetidas ocasiones.