El número de casos va en ascenso en todo el país a medida que las lluvias mitigan la sequía y más hogares tienen agua almacenada, hábitat en el se reproduce fácilmente el mosquito Aedes Aegypti, transmisor de la enfermedad.
La epidemia de dengue ha revivido del debate sobre el uso de Dengvaxia, una vacuna contra la enfermedad que se aplicó a más de un millón de filipinos en una intensa campaña de inmunización estatal entre 2016 y 2017, sobre todo en escuelas.

