Se trata de los intereses adicionales que deberá enfrentar el erario público por la decisión del ministro de pagarles a los tenedores institucionales solo el 15% de los vencimientos de las Letras del Tesoro (Lelink, Lecap, Lecer, Letes) en tiempo y forma, el 25% a los 3 meses y el resto a un plazo de 6 meses.
El reperfilamiento invirtió la carga de los vencimientos: hasta el anuncio de Lacunza, el 77% de los pagos debía realizarse en 2019; con el nuevo esquema, el 72% se cancelará en el 2020. Así, la cantidad de vencimientos de la deuda de corto plazo en manos de acreedores privados se reduce de los 15.283 millones de dólares a los 5.977 millones de dólares, lo que representa un ahorro de 9.300 millones de dólares este año.