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Su mayor prioridad y la de Alberto es garantizar un bloque unido, con una mayoría sólida que asegure las leyes sin largos debates. Con Mayans, leal al gobernador Gildo Insfrán, compartió bloque entre 2001 y 2007 y desde el 2015 lo escuchó ser quien más le achacaba a Miguel Pichetto sus concesiones a Macri.
El año pasado, Mayans se desmarcó rápido del rionegrino para rechazar los allanamientos a los domicilios de Cristina, lo siguieron casi todos sus compañeros y se convirtió en enlace con la ex presidenta para negociar la sesión en la que finalmente habilitaron los procedimientos.
Retomaron el vínculo en esas semanas de tensión y en el Instituto Patria lo querían de jefe del PJ cuando Pichetto se confirmó macrista, pero Caserio juntó los votos y le ganó un pleito parejo que hasta estuvo por definirse con una votación secreta y a sobres cerrados.
El cordobés estaba dispuesto a resistir como jefe de un peronismo no kirchnerista y mantenía conversaciones con los senadores aliados de Alberto como los misioneros y santiagueños, para juntar una mayoría que se imponga a La Cámpora y defina las autoridades con Cristina de testigo.