Como el año anterior, Rosario Central decidió "sacarse de encima" la Copa Argentina, que ya ganó en 2018. Por los 32 avos de final, esta vez cayó sin atenuantes ante Boca Unidos de Corrientes por 3 a 0, aquella vez fue frente a Sol de Mayo. Jugará dos torneos este año, la Copa Diego Maradona y la Sudamericana y al parecer el calendario apretado con un plantel corto no le quedaba muy cómodo. El año anterior tenía que pelear por el descenso y concentró todas sus energías en eso.
A los '20 segundos de partido ya el vencedor se encontró con un penal que "Chuky" Medina cambió por gol. Miño se salvó de ser expulsado en esa jugada, cuando no se había jugado ni un minuto, quien sabe porqué. El Canalla fue una sombra, fue un conjunto tirado en la cancha. El equipo "se fue de vacaciones", mentalmente tras caer 3 a 1 contra Vélez por la final de la Zona Complementación el sábado por la noche. A tal punto que hoy la utilería auriazul les dio esa misma camiseta logeada para la ocasión.
Hoy Vecchio, el mejor jugador de este plantel sin jerarquía no estuvo en San Nicolás. Nunca encaró, ni siquiera se mostró como receptor, el lanzador era Rinaudo, que ya se sabe, no está para eso. El capitán jugó de espaldas, escondido entre los centrales, sin pedir la pelota, no acertó un pase y estuvo totalmente desconectado del juego. Abajo, el elenco del Kily es un espanto, Botinelli uno de los principales responsables, regaló el segundo gol con una pifia que permitió el desborde de Medina, en versión Kum Agüero y Ríos convirtió en el segundo gol.
Antes, solo el conjunto de nuestra ciudad había arrimado algo de peligro con un disparo débil de Ojeda que se fue al lado del palo y con un claro penal por mano que Mastrángelo ignoró. Muy poco frente a un conjunto que milita en otra divisional, que hacía un mes que no competía, que corre y mete, juega, pero no es ninguna, maravilla. La falta de actitud, reacción y vergüenza deportiva por la camiseta que llevan puesta los auriazules fue llamativa, demasiado. Jugadores como Botinelli y Martínez tienen la "suerte" que actualmente y por la pandemia se juega sin público, de lo contrario, no podrían seguir vistiendo esta camiseta.
En la segunda mitad, todo siguió igual, al menos Central tuvo algunas chances. Martínez estrelló un remate desde la derecha en el travesaño, lo mismo hizo Vecchio con un tiro libre y Mastrángelo ignoró un claro gol tras un cabezazo de "Nacho" Russo que traspuso la línea en manos del arquero. Cuesta entender como el Kily sacó a Marinelli de la cancha, el delantero que marcó los últimos goles de Central en el torneo. Lucas Gamba no convierte desde la primera fecha del certamen pasado y no sale nunca. Parece que pesan más para él los apellidos que el presente futbolístico.
Boca Unidos tenía guardada la frutilla del postre. Botinelli dudó en una dividida, se dejó anticipar, el pelotazo largo fue al área y el defensor, lanzado en carrera cortó con falta, otro claro penal que terminó en gol, como en la noche de sábado, "Boti" parece tener guardado uno por partido. Si Central no tiene un marcador central que pueda reemplazarlo, debería cerrar de inmediato sus divisiones inferiores.
Esta semana, se supo que Ruben continuará <en modo pausa>. Se asegura que es por aquel viejo conflicto con Vecchio, otros aseguran que es por diferencias con la dirigencia. El capitán tuvo además en la semana un incidente con "Fito" Rinaudo, con el que casi se van a las manos. El preparador físico Colman dejará su cargo en las próximas horas por discrepancias con los jugadores. El mundo Central está enrarecido y necesitaba imperiosamente vacaciones, barajar y dar de nuevo. Así lo quiso y lo logró, no hacía falta dejarse humillar.
FOTO ROSARIO CENTRAL